Por Toni Roderic, Secretario de Organización de la Confederación de Los Verdes · Els Verds · Berdeak · Os Verdes.
Mitrofan era un oso que había vivido siempre en cautiverio, desde que lo cogieron siendo un cachorro en los bosques de Rusia. Vivía en una jaula en la aldea de Novolenskoye (a unos 500 Kilómetros al norte de Moscú) y servía de entrenamiento olfativo para los perros que tenían que dedicarse a buscar osos.
Cuando tenía cuatro años, lo emborracharon con una mezcla de miel y vodka y se lo pusieron a tiro al rey Juan Carlos I de España que participaba, en agosto de 2006, en una cacería con Vladimir Putin en uno de los viajes privados del rey en los que parece arreglar cuestiones económicas con esa gente.
Yo no sé que puede encontrar una persona normal en el hecho de matar a un oso indefenso, cautivo, «alegre y tranquilo -según los habitantes de la aldea donde vivía -y que incluso los niños le daban comida con la mano», miedoso y que estaba borracho.
Aunque entiendo menos que una persona que es el jefe del estado, que cobra de mis impuestos, pueda hacer un acto sanguinario de esta naturaleza. ¿Qué placer habrá encontrado en esta muerte gratuita y estúpida?
Como tampoco entiendo que un estado como este tenga un TOP -la actual Audiencia Nacional- que pueda juzgar ciudadanos que critican este acto por injurias al Rey. Juzgaron –y afortunadamente absolvieron finalmente- a dos periodista de El Mundo por haber dado esta noticia.
Y aún entiendo menos que un partido que se dice socialista mantenga este estado de cosas. En el 2006, había gobierno del PSOE.
Todo esto no deja de ser una auténtica vergüenza: de monarquía, de políticos, de jueces y de leyes. Y de sumisión por nuestra parte.