#DíaDeLosBosques
La conservación y regeneración del espacio forestal, que supone un 50% del territorio valenciano, debe ser un eje estratégico en la lucha contra el cambio climático, contra la desertificación y para el mantenimiento del paisaje y de la economía rural valenciana.
El bosque mediterráneo y el monte valenciano en particular tiene un componente básico ambiental y paisajístico, una función social ecológica, y poco interés extractivo. Un árbol autóctono del bosque mediterráneo se calcula que fija unos 300 Kg de CO2 durante su crecimiento. La protección y regeneración de la cobertura forestal y protección del suelo de las montañas debe ser la estrategia más que necesaria y urgente en la lucha contra el cambio climático. Debe ser uno de los ejes fundamentales de la política forestal en los futuros años.
Hoy que se celebra el Día Internacional de los Bosques es la hora del pleno reconocimiento político y social de nuestros espacios forestales por sus valores ambientales y sociales.
Necesitamos un nuevo nuevo marco legislativo que reforme la Ley Forestal Valenciana para favorecer la participación y corresponsabilización de los agentes sociales implicados en el bosque valenciano (Generalitat, propietarios privados, Ayuntamientos y profesionales del sector) y el consecuente reparto de las cargas y los beneficios sociales generados. La riqueza del litoral debe llegar a los propietarios privados y Ayuntamientos rurales que mantienen los espacios forestales.
Aplicando el principio de la UE de quien contamina paga, también tenemos que aplicar otro principio de justicia social de quien ofrece servicios ambientales en el conjunto de la sociedad debe estar compensado. Habrá que establecer medidas positivas para asegurar a los propietarios de bosques y tierras de montaña una renta familiar garantizada, al tiempo que el nuevo Gobierno Valenciano surgido de las elecciones del mes de mayo debería proponerse un aumento exponencial de los presupuestos en materia forestal y el fomento de la gestión compartida y probada del bosque.
En los últimos años la Generalitat en manos del PP de Camps y Fabra, con Rajoy gobernando, dedica menos de 10 euros por ha./año de bosque y se debería aproximar la inversión pública a unos 60 euros por Ha / año a lo largo de los cuatro años de legislatura. Un nuevo Plan Forestal Valenciano debería estar consensuado en el marco de un reactivado Consejo Forestal Valenciano, previsto en la ley vigente y que el año 2004, después de no constituirse nunca, estuvo desaparecido en el seno del Consejo Asesor de Participación y Medio Ambiente, de triste vida.
A principios de año el gobierno de Rajoy aprobó una reforma de la Ley de Montes. Esta permitirá la reclasificación de suelo forestal en terrenos urbanizables, dicen que por interés público, al tiempo que dejan sin funciones reales frente a los incendios forestales a los profesionales que más saben del bosque como son los agentes forestales. La oposición de los Verdes y de todo el movimiento ecologista y amantes de los árboles es rotunda a esta reforma del PP. En tiempos de cambio climático no hay mayor interés público que proteger, conservar y restaurar las masas forestales, auténticos consumidores de CO2 y garantes de humedad en el medio.
Justamente lo contrario a la pretensión del PP, que volvería a poner en riesgo muchos lugares de montaña por el peligro de posibles especulaciones futuras, debe ser la prevención de los incendios forestales la primera línea estratégica de la política forestal. La selvicultura preventiva debe pasar al primer plano de la política forestal en los montes públicos y también en las privadas.
En el caso valenciano, los informes forestales dicen que más de un 80% del bosque no está bien preparado contra los incendios forestales, llegando a la cifra de un millón las hectáreas donde es total ausencia de cualquier tipo de técnica silvícola, cuando el total de hectáreas de la superficie forestal valenciana es 1.217.000.
Al incremento de las inversiones públicas en la prevención de incendios, habrá que acompañarlas de un aumento en las subvenciones a tareas preventivas, tanto a los propietarios privados como a los Ayuntamientos.
Los Verdes, si participamos en el nuevo gobierno valenciano pondremos en marcha realmente la reforestación del bosque, con importantes inversiones en tareas manuales de selvicultura preventiva, plantaciones controladas de especies autóctonas y reforestación de las cuencas hidrográficas de los ríos valencianos. Un bosque valenciano protegido contra los incendios forestales y recuperado es una fuente energética renovable de biomasa, para algunos sectores industriales, así como para las poblaciones rurales del interior, al tiempo que consumidor de CO2 es, además, una fuente de empleo importante para sectores laborales ahora desocupados a causa de la crisis de la construcción y la agricultura. Y por si vuelve la fiebre constructora tendremos que declarar suelo no urbanizable y protegido durante 100 años todo aquel terreno que haya sufrido un incendio forestal, justo lo contrario de lo que ahora pretende el PP.