La desgraciada muerte de la pequeña Naira, el pasado 24 de enero, dos horas después de haber recibido el alta en el Hospital Comarcal de Melilla, ha de hacernos pensar y replantearnos muchas cosas en la situación de Melilla.
Primeramente, lamentar el fallecimiento y manifestar la solidaridad y la pena con la familia, con su madre María José Fernández, con su padre Mimon, con sus tíos, con todos los que convivían con ese angelito.
Queremos transmitir a los y las melillenses, en particular, y a los españoles y a las españolas, en general, que es normal y de justicia que ante una situación como esta, que no tiene explicación lógica, la familia y los ciudadanos tengan unos altos grados de preocupación, de duda sobre el funcionamiento de la sanidad pública y de exigencia de explicaciones claras, diáfanas y veraces. Y que estas explicaciones no las estamos encontrando ni por parte de la Administración ni por parte de la Justicia.
¿Es esta la sanidad que merecemos? ¿Es esta una sanidad justa? ¿Cómo es posible que una niña diagnosticada por su pediatra de cabecera con “bronquitis aguda”, ante una situación de empeoramiento, cianótica y con problemas para respirar sea dada de alta? Cuando, además, los especialistas consultados por nosotros nos indican que es posible que la niña sufriera un broncoespasmo: una contracción anormal del músculo liso de los bronquios, que puede provocar un estrechamiento de las vías respiratorias -una característica del asma o la bronquitis. Además, los síntomas son muy similares a la situación que describe María José Fernández, la madre de Naira, como son silbidos, falta de aire y mucosidad que impedía a la niña poder respirar con normalidad. Y que, por tanto, continuamos pensando que el personal médico no debía de haber dado el alta a la niña cuando acudió a Urgencias, ya que empeoró al volver a casa y que “fue determinante en la muerte de Naira que no se quedara ingresada en observación” como nos indican los especialistas.
La familia, que ha perdido a un ser tan querido, tiene todo el derecho a que se aclaren los hechos. Y, desde luego, descubrir si ha habido algún tipo de negligencia, omisión, descuido, falta de esfuerzo o aplicación. Y preguntamos a las madres y padres de Melilla, en particular, y de España, en general, qué harían si les hubiera pasado a ellos. Nuestra lucha es también su lucha para que esto no vuelva a pasar.
Tenemos derecho a saber cómo está organizado el sistema de urgencias y los protocolos que se siguen cuando ocurren hechos tan lamentables. Como el por qué, desde la gerencia del Hospital, no se da traslado al Juzgado del hecho de que una niña de tres años ha llegado prácticamente muerta, por segunda vez, al hospital después de haberle dado el alta dos horas antes. Y el por qué una miembro del colectivo hospitalario manipulara a la familia, utilizando falsamente condicionantes religiosos para que no se autorizara a realizar en ese momento la autopsia de la niña.
La gerencia del hospital ha de dar muchas explicaciones porque a nuestro entender la organización de los servicios es muy deficiente y nos encontramos con este problema repetidamente. La falta de empatía y de consideración con la familia es absolutamente deleznable. Solo comparable con la actitud deplorable y desoladora del Presidente de la CAM que no solo no da ni siquiera el pésame a los familiares sino que incluso se permite -en su desagradable, altanera y fatua forma habitual de actuar- salir a defender a un colectivo que nadie ha atacado e insultar a los que nos sentimos profundamente afligidos, tristes y desconsolados con un hecho que esperamos que no vuelva a repetirse jamás.
Nos encontramos decepcionados con la actitud de la Justicia que lleva un mes sin contestar a nuestra demanda de que se realice la autopsia de la niña y nuestros abogados han decidido quejarse ante el Consejo General del Poder Judicial porque se nos ha privado como acusación de una prueba fundamental para la determinación de las causas del fallecimiento de la niña, beneficiando claramente a los denunciados”. La “tardanza” de la jueza para ordenar la necropsia “ha causado un perjuicio irreparable” a la acusación.
Todo ello nos lleva a la necesidad de contratar especialistas que nos puedan ayudar a demostrar el porqué, el cómo y de qué manera nos han robado a Naira. Y es por eso que pedimos a los y las melillenses, en particular, y a los españoles y a las españolas, en general, su ayuda solidaria y su colaboración para que en la medida de sus posibilidades colaboren con la familia haciendo una donación a la cuenta BBVA ES95 0182 4014 1702 0800 1329, indicando en el ingreso Niña Melilla o Naira.
Por justicia…