Por Toni Roderic, Área de Presidencia de Los Verdes.
En una entrevista publicada, hoy, en Público, «Se puede conseguir un planeta sostenible sin abolir el capitalismo», Mónica Frassoni le hace un flaco favor tanto al ecologismo político, como a Equo, como al movimiento Verde.
Primeramente porque plantea cuestiones inaceptables para el ecologismo, como:
Frassoni dice que se puede conseguir un planeta más sostenible sin abolir el capitalismo.
Confiar en que el capitalismo sea capaz de utilizar la tecnología para crear bienestar es de ingenuos, el objetivo del capital es extraer la riqueza de la sociedad y la naturaleza para acumularla inútilmente.
¿Un planeta más sostenible sin abolir la causa de las crisis? ¿Sin acabar con el calentamiento global, la tala de bosques indiscriminada, el envenenamiento del aire y el agua, el consumismo ilimitado tanto de energía, como de alimentos y bienes superfluos, el despilfarro en las naciones ricas y también el de las oligarquías dominantes en los países pobres…? Sin acabar con el capitalismo que sostiene todo lo dicho es imposible conseguir un planeta sostenible. No se puede sin abolir la causa principal.
Mantener el capitalismo significa no terminar con la acumulación de la riqueza en pocas manos, el gobierno en la sombra de los banqueros y la especulación financiera generalizada… y las guerras, las invasiones coloniales imperiales y masacres, justamente, para mantenerlo.
El capitalismo es depredador y destructor en su esencia, responde a las ciegas fuerzas del mercado y, como la humanidad no consiga superar este sistema, la extinción del hombre por el cambio climático u otras consecuencias derivadas del propio sistema está garantizada.
La corrupción y el saqueo son consustanciales al capitalismo. No se puede domesticar este sistema ni decirle, con buenas palabras, a las grandes oligarquías, que no destruyan, no saqueen y no exploten.
El único camino para llegar a una sociedad en armonía con el planeta es una reestructuración radical de esta, en la que la producción de bienes no se haga para un mercado sino exclusivamente para satisfacer las necesidades de las personas que existen de hecho, sin producir excedente para un mercado y, además, teniendo como prioridad el respeto de los límites de los recursos y la regeneración de los mismos en lugar de la comodidad. En tal situación no hay capitalismo posible, simplemente, ambos planteamientos se contradicen.
El capitalismo se basa en la explotación de las riquezas naturales y en el trabajo asalariado. Buscando siempre la ganancia, se ha desarrollado en gigantescos y monstruosos consorcios y los trust que arrasan con todo, destruyendo el planeta y condenando a la gran mayoría al hambre, la miseria y a las guerras.
Frassoni dice que el Tratado de Libre Comercio con los EEUU no es negativo…
Eso de facto supondrá la imposición de lo que las grandes empresas consideran orgánico y la más que posible desaparición del pequeño agricultor ecológico que no podrá hacer frente al coste que supondrá la reglamentación necesaria para certificar sus productos para así cumplir son «los derechos de los consumidores». Véase caso Kokopelli y la distribución de semillas.
Lagarto, lagarto. Con un enemigo tan brutal y despiadado como las corporaciones multinacionales no se negocia: o te defiendes o te derrotan.
Frassoni dice que a Cañete (PP) le damos el beneficio de la duda…
Lo que dice Junker sobre Cañete, no es creíble. Junker no va a hacer de Cañete un ecologista ni nada que se le parezca -y quien se lo crea padece un infantilismo catastrófico- por historia, por intereses, por casta y por ideología.
La presidenta el Partido Verde Europeo defiende las ideas del ‘Green New Deal’…
Recomiendo leer las reflexiones de los teóricos del Decrecimiento, en particular las del autor francés Serge Latouche, que ha criticado con lucidez el «Green new deal» y el «Capitalismo verde».
Acabaremos haciendo una breve reseña de la señora Frassoni, presidenta del Partido Verde Europeo (PVE). El año pasado, se presentó a las primarias del PVE. Hubo cuatro candidaturas para dos puestos. Ocupó la cuarta y última plaza. Y no dimite. Lleva más de 30 años viviendo del chollito verde europeo. Casta pura y dura.
En España, a la señora Frassoni se la conoce perfectamente en los medios verdes. Impulsó de manera mafiosa Equo, de la mano de Iniciativa per Catalunya, contra la Federación de Los Verdes. Omitiendo el nombre de Verdes y acusándonos de comunistas porque pactábamos con IU y con otros partidos de izquierda. Ella no era de izquierdas ni de derechas. Ni estaba abajo contra los de arriba. Ella decía que estaba delante. Ya lo vemos. Bien pagada, bien vestida y bien comida.
En Italia hizo la misma maniobra que aquí. Se cargó la Federazione I Verdi, para formar Green Italia. Resultado: el peor de toda la historia del movimiento verde italiano con ella a la cabeza: 0 representantes.