Por Asamblea de Orihuela, Los Verdes del País Valenciano.
Exigimos que el desarrollo tecnológico y la salud de las personas y del medio ambiente sean compatibles.
Hace dos semanas, Manuel Gallud, concejal de Los Verdes de Orihuela (LVPV), anunció su intención de establecer una ordenanza que regule las antenas de telefonía móvil y otras fuentes de radiación electromagnética en el municipio. “Nos estamos friendo a radiación” -exclamó.
En principio, puede parecer algo exagerada esta afirmación si nos apoyamos en las “no evidencias” de varios estudios -casi todos subvencionados o realizados por las compañías telefónicas y otros grupos de interés- que proclaman la no afectación de la salud sometida a la radiación de estas fuentes, aunque ninguna certifica su inocuidad. ¿Pero qué hacemos si nos basamos en los cientos de estudios que muestran indicios y evidencias de los efectos adversos, efectos no térmicos, sobre la salud?
Sabemos con certeza -probado científicamente- que las células expuestas a este tipo de radiación se defienden creando “proteínas de estrés” y que se producen cambios en el ADN celular. Esto se desprende directamente de las conclusiones del informe REFLEX (Risk Evaluation of Potential Environmental Hazards From Low Frequency Electromagnetic Field Exposure Using Sensitive in vitro Methods. Final Report.) Estudio financiado por la Unión Europea durante cuatro años (2000-2004), en el que han participado 12 países, entre ellos el Estado Español, y que establece en su conclusión: “las ondas electromagnéticas de la telefonía móvil producen alteraciones del ADN que transporta la información genética en el núcleo de las células y cambios en éstas”. Parece que se llegó a ese punto en el que alguien decide parar y no “montar la gorda”. El punto justo para decirlo todo, sin tener que decir nada que ponga en marcha la compleja maquinaria legislativa de la UE. Si hacemos una lista de estudios y conclusiones seguramente que el lector abandonaría en este punto, pero si alguna persona está interesada en conocer los más representativos sin duda se los haremos llegar. Sí que sería interesante nombrar que el Parlamento Europeo muestra: “(…) gran interés por el informe internacional Bio-Iniciativa sobre los campos electromagnéticos, que resume más de 1.500 estudios dedicados a este tema, y cuyas conclusiones señalan los peligros que entrañan para la salud las emisiones de telefonía móvil, el teléfono portátil, las emisiones UMTS-Wifi-Wimax-Bluetooth y el teléfono de base fija DECT”.
La Resolución del Parlamento Europeo (4 de septiembre de 2008) sobre la Revisión intermedia del Plan de Acción Europeo sobre Medio Ambiente y Salud, en su apartado 15, recomienda reducir la exposición a la radiación electromagnética en edificios, sucursales y oficinas.
En 2011, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, en su resolucio?n 1815, Peligros potenciales de los campos electromagne?ticos y sus efectos sobre el medio ambiente, dice en el aparado 5: “En cuanto a las normas o li?mites para las emisiones de campos electromagne?ticos de todo tipo y frecuencia, la Asamblea recomendo? la aplicacio?n del principio ALARA (as low as reasonably achievable), es decir, el nivel tan bajo como sea razonablemente posible, teniendo en cuenta no so?lo los llamados efectos te?rmicos, sino tambie?n los efectos ate?rmicos o biolo?gicos de la emisio?n o radiacio?n de campos electromagne?ticos. Adema?s, el principio de precaucio?n debe aplicarse cuando la evaluacio?n cienti?fica no determina el riesgo con suficiente certeza. Sobre todo porque, dada la creciente exposicio?n de la poblacio?n – en particular los grupos ma?s vulnerables como jo?venes y nin?os – el coste humano y econo?mico de la inaccio?n podri?a ser muy elevado si son ignoradas las alertas tempranas”.
La Asamblea, que también se apoya en el informe de Bioiniciativa, y cuya capacidad legislativa es tan solo la de ser un órgano consultivo, se lamenta de que: “la falta de respuesta a los riesgos ambientales y sanitarios, conocidos o emergentes y los retrasos casi sistema?ticos en la adopcio?n y aplicacio?n de medidas preventivas eficaces, a pesar de las peticiones de aplicacio?n del principio de precaucio?n y de todas las recomendaciones, declaraciones y numerosos avances normativos y legislativos. Esperar a tener pruebas cienti?ficas y cli?nicas so?lidas antes de tomar medidas para prevenir los riesgos conocidos puede provocar unos costes sanitarios y econo?micos muy elevados, como fue el caso en el pasado con el amianto, la gasolina con plomo y el tabaco«.
Por todo esto, es de alabar la actitud de los compañeros de Los Verdes que luchan allí donde tienen responsabilidades de gobierno, donde tienen representación o donde simplemente pueden alzar la voz, para que se regulen estas emisiones reduciéndolas y alejando los focos de radiación de la población y todo atendiendo al principio de precaución y al principio ALARA, «as low as reasonably achievable«, es decir el nivel tan bajo como sea razonablemente posible. Con esto, no estamos poniendo trabas al desarrollo tecnológico, sino que exigimos que el mismo y la salud de las personas y del Medio, sean compatibles.
La Resolución de Londres (2007) alerta sobre la abrumadora evidencia de los efectos no térmicos sobre la salud, muchas veces por debajo de las actuales directrices de exposición, y propone que se apliquen de manera inmediata las recomendaciones del Informe Bio-Initiative 2007 sobre CEM (Campos Electromagnéticos) y RF (Radiofrecuencia) y se esfuercen por establecer las recomendaciones de la Secretaría de Salud Pública del Gobierno de Salzburgo (2002) de 0,06 V/m al aire libre y 0,02 V/m para exposición a RF en el interior de domicilios. Si en Salzburgo, estado austriaco, donde también existen móviles, donde la gente también se comunica, lo hacen con tan solo 0,06 V/m al aire libre y 0,02 V/m en interiores, ¿por qué en España nos arriesgamos a 61 V/m si hay una evidencia de que los CEM y las emisiones de RF pueden producir como mínimo fatiga, tendencia depresiva, desórdenes del sueño, problemas cardiovasculares, dificultades de concentración, desórdenes de la piel, pérdida de apetito y, en menor grado, cefaleas, náuseas, problemas de audición, irritabilidad, vértigo, alteraciones visuales, alteraciones de la marcha, y un largo etcétera que pasa por el cáncer? ¿Por qué?
Los Verdes vamos a luchar para que se preserve la salud y se proteja el Medio Ambiente como siempre lo hemos hecho, enfrentándonos al poder, a la incomprensión y al intento de marginación proveniente de los intereses económicos maximizadores de sus beneficios. Así, muchos años después, se acaba dando la razón a organizaciones y partidos ecologistas en temas como la peligrosidad de los metales pesados y su presencia en el pescado, la de los nitratos y otros químicos presentes en las hortalizas, el amianto, la energía nuclear, el Cambio Climático o los abusos, peligros y perjuicios de la agroindustria, los OMG y un largo etcétera de cuestiones que ya se han “probado” científicamente y otras que están pendientes de probar. La prueba definitiva, en este mundo, por desgracia, no es otra que aportar una lista inmensa de enfermos o incluso de muertos.
Los Verdes lucharemos en el caso de los posibles perjuicios derivados de las radiaciones electromagnéticas en los seres vivos y el entorno para que impere el principio de precaución y el principio ALARA.