La vergonzosa, vergonzante, cruel e ilegal decisio?n que ha tomado la Unión Europea para con los migrantes y refugiados de las guerras provocadas por ella misma en A?frica y Asia ha causado un amplio rechazo entre una gran parte de los ciudadanos de todo el mundo. Sabiendo, adema?s, que la Europa colonialista y racista siempre encuentra co?mplices y sate?lites para hacerles el trabajo sucio. En este caso, la crisis de refugiados es un espejo cruel de lo que es esta Europa y compra con dinero a Turqui?a para que le esconda bajo la alfombra su incapacidad. De repente, ya no parece importante la cuestio?n de los kurdos -asesinados y bombardeados por Turqui?a cuando son los u?nicos que luchan sobre el terreno contra el DAESH-, el control de la prensa que hace el Gobierno turco, etc. Todo se resuelve con dinero.
Ante este golpe terrible a las conciencias y a los sentimientos humanitarios, muchos grupos, partidos, asociaciones e instituciones han decidido comenzar a actuar en actos de apoyo y solidaridad. Estos di?as, hemos conocido numerosas decisiones de ayuntamientos y otras instituciones que han decidido dar un grito de protesta retirando o colocando la bandera europea a media asta.
Esta doble decisio?n responde a dos concepciones diferentes de la idea de Europa. Los que deciden poner la bandera a media asta au?n esta?n convencidos de que Europa tiene valores que nos pueden representar aunque hari?a falta un cambio que se antoja muy complicado. Colocando la bandera de esta forma hacen patente a la ciudadani?a que alguna cosa se esta? reivindicando y es patente para todos aquellos ciudadanos que la observan.
Los que deciden eliminarla consideran que no pueden identificarse con una Europa que permite estas formas y maneras de actuar sacrificando a personas y pueblos para favorecer los intereses estrate?gicos, el gran negocio de las armas y la lucha por los controles de los recursos petroli?feros sin cumplir con su responsabilidad de acogida a los refugiados cumpliendo sus propias leyes y las leyes internacionales. Por tanto, toman la decisio?n de romper, al menos virtualmente, su relacio?n con ella.
Desde Los Verdes, pensamos que no podemos quedarnos impasibles ante esta atrocidad inhumana y no podemos hacer otra cosa que ser solidarios -humanos- con la gente que trata de llegar a Europa, cuya tierra fue invadida, destruida en nombre del imperialismo del Norte y que, ahora, se ve condenada a volver a la guerra siria, iraqui?, libia o afgana. No se les impide entrar en Europa, se les condena a muerte. En consecuencia, pedimos a todas las instituciones que ondean la bandera europea que la retiren, o la coloquen a media asta, y que organicen y participen, activamente, en todos los actos en apoyo y defensa de los migrantes que esta?n padeciendo el hecho ma?s vil que recordamos desde el esclavismo.
A fines de siglo XIX, las intervenciones yanquis imperialistas se multiplicaron: Hawai, Puerto Rico, Filipinas, Cuba, Guam, Samoa, los puertos de China y Panama?. Consternado, Mark Twain escribio? entonces: «Que se pinte de negro las franjas blancas y que se agreguen las tibias y la calavera en lugar de las estrellas a la bandera de Estados Unidos«. Puede ser una idea para la bandera de la desilusionante Unio?n Europea.