Tras el fiasco de los primeros meses del gobierno Tsipras, con el incumplimiento y estafa del referéndum -en el que el 61,31% de los griegos dijo OXI (No)- y el abrazo de las tesis austericidas de la Troika, estas elecciones en Grecia se han planteado en clave de elegir qué partido gestionará la política de Schlaube y Merkel, del FMI y de la oligarquía financiera.
Los griegos han decidido, hoy, el partido y el líder que aplicará la política comunitaria y han preferido que continue siendo Syriza pero con la ayuda de otros partidos homologables por la troika que son los que han ayudado estas últimas semanas a Tsipras a aplicar los memorándums de la Unión Europea (UE).
Tsipras, al final el “buen chico” que se pliega a los recortes, tendrá la ayuda de los otros partidos que votaron NAI (Sí) en el referéndum.
El segundo partido ha sido Nueva Democracia -el partido al que ayudó Rajoy y el PP– que, junto al PASOK -los socialistas helenos- y los centristas, completan más del 70% de los votos a favor de Merkel que, finalmente, es la ganadora de las elecciones frente a la ilusión -que se ha llevado el viento- del resultado del referéndum.
Dada esta situación, esperar que salgan margaritas rojas, verdes y moradas en el estercolero oligárquico y financiero de la UE, empieza a ser cada día más un deseo de los “nuevos iluminados”, de los neoreformistas del capitalismo, que una realidad posible.
Posiblemente, solo fuera de las estructuras de la UE –TTIP, concertinas, recortes, reformas laborales, austericidio, bancos…- podremos soñar otro tipo de sociedad.