Como cada 5 de junio, hoy se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, el principal vehículo de las Naciones Unidas para dar un impulso a la acción y sensibilización por el medio ambiente. El eslogan de este año es “Conectar a las personas con la naturaleza“.
Este día, nos anima a salir al aire libre y adentrarnos en los espacios naturales para apreciar su belleza y su valor, y a impulsar el llamamiento a la protección de la Tierra, nuestro hogar común. El bienestar de la humanidad, el medio ambiente y el funcionamiento de la economía depende, en última instancia, de la gestión responsable de los recursos naturales del planeta. Sin embargo, las personas siguen consumiendo muchos más recursos naturales de los que el planeta puede proporcionar de forma sostenible. Y los gobiernos instalados en la lógica desarrollista prestan escasa atención al cuidado del planeta.
En el Estado español, observamos con tristeza y malestar la escasa presencia de preocupaciones medioambientales en los programas de los grandes partidos. Y, sorprendentemente, la presencia del ecologismo político en el discurso de los partidos emergentes también es mínima. Y no deja de ser un síntoma poco explicable en las políticas autonómicas de los partidos cuando hay importantes yacimientos de empleo ligados al tema medioambiental: energías renovables, cuidado y conservación de masas forestales, agricultura ecológica, cooperativas de consumo, turismo sostenible ligado a gestión de parajes naturales, mejoras de eficiencia energética y los planes de ahorro de energía, arquitectura sostenible y rehabilitación de edificios, reciclaje…
Los objetivos de este año nos invitan a reflexionar sobre nuestro lugar en la naturaleza y nuestra dependencia estrecha. Nos plantean el reto de descubrir vías divertidas e interesantes de experimentar y valorar esta relación esencial. En las últimas décadas, los avances científicos, junto con el aumento de los problemas ambientales —como el calentamiento de la Tierra—, nos están ayudando a entender las formas innumerables en que los sistemas naturales sostienen nuestra prosperidad y bienestar.
Por ejemplo, los océanos, bosques y suelos del planeta actúan a modo de enormes reservas o sumideros de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano; los agricultores y pescadores aprovechan los recursos naturales de la superficie terrestre y submarina para suministrarnos alimentos; y los científicos desarrollan medicamentos a partir del material genético derivado de los millones de especies que componen la impresionante diversidad biológica de la Tierra.
Miles de millones de habitantes de las zonas rurales de todo el mundo pasan su jornada diaria en conexión con la naturaleza y son plenamente conscientes de que dependen del suministro de agua natural y de que la naturaleza les provea de su modo de subsistencia gracias a la fertilidad del suelo. Estas personas son quienes sufren primero las amenazas que los ecosistemas afrontan, ya se trate de la contaminación, del cambio climático o de la sobreexplotación.
Los Verdes queremos pues hacer un llamamiento a todas las administraciones para que de una vez por todas cumplan la ley y acaten y hagan cumplir nuestra legislación ambiental: lo que sería una buena noticia para nuestra salud y la de nuestro entorno. Y, a la ciudadanía, le pedimos un esfuerzo particular en reducir el consumo, en aumentar el reciclaje y en ahorrar energía y agua. Con una especial llamada a preocuparnos por salvar a las abejas cuya función de polinización de las flores es vital para nuestra alimentación y para la biodiversidad y que la agricultura industrial, los transgénicos y el uso de plaguicidas tóxicos están haciendo desaparecer.