Hoy, 20 de diciembre, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declara el Día Internacional de la Solidaridad Humana. Este año está especialmente dedicado a Objetivos de Desarrollo Sostenible, para erradicar la pobreza, proteger el planeta y garantizar la dignidad para todos.
Con motivo de este día, Ban Ki-moon, Secretario General de la ONU, nos recuerda que: “(…) hagamos hincapié en el papel de la solidaridad humana en la construcción de vidas dignas para todos en un planeta sano. Debemos trabajar juntos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y alcanzar el futuro que queremos”.
En un año en el que casi 5000 personas migrantes han muerto ahogadas en el Mediterráneo y en el que los diversos estados occidentales alientan los conflictos y las guerras para defender sus intereses económicos, la venta de armas y la guerra, y en el que los Derechos Humanos son conculcados una y otra vez, este día debiera servir para poner en el centro de nuestros intereses a las personas y al planeta, apoyar los derechos humanos y respaldar una alianza mundial decidida a ayudar a la gente a superar la pobreza, el hambre y las enfermedades.
Un día como hoy debería servirnos para forjar una alianza contra la violencia. Un día para celebrar nuestra unidad en la diversidad. Un día para recordar a los gobiernos que respeten sus compromisos con los acuerdos internacionales. Un día para sensibilizar a las ciudadanas y a los ciudadanos sobre la importancia de la solidaridad. Un día para fomentar el debate sobre las maneras de promover la solidaridad para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, incluida la erradicación de la pobreza. Un día de acción para fomentar nuevas iniciativas para la erradicación de la pobreza. Un día para reafirmarnos en el «¡NO A LA GUERRA!«.
En esta Europa que ha dejado de ser garante de los derechos humanos y la sostenibilidad en el mundo… cabe insistir en que la solidaridad es uno de los valores fundamentales y universales en que deberían basarse las relaciones entre los pueblos en el siglo XXI. Y que la paz y la solidaridad son básicas para nuestro porvenir como seres humanos. Sin ellas no tenemos futuro alguno.