Por Toni Roderic, Secretario de Organización de la Confederación de Los Verdes · Els Verds · Berdeak · Os Verdes.
Según la última declaración de Bárcenas, en sede judicial, se pone de manifiesto lo que todos sospechábamos: que el PP manejaba montones de dinero para su financiación, obtenido de forma ilegal, desde su fundación y en todas sus organizaciones centrales, autonómicas, provinciales e, incluso en muchas, locales. Ese dinero, donado por empresarios, se gestionaba en cajas de dinero negro, opacas a la ley, y era conocido por todos y cada uno de los secretarios generales de cada sitio.
Con ese dinero se sufragaban campañas electorales de forma ilegal, de manera ventajista ante las otras fuerzas políticas, y se repartían los famosos sobresueldos para los dirigentes, Rajoy y Cospedal entre ellos.
Además se compraban trajes, zapatos, abrigos y viajes, y lo que hiciera falta para la élite del partido. Alguno aprovechaba el montón para hacer sus chorizadas particulares.
Si a todo esto le añadimos la trama de corrupción que acompaña al escándalo Gürtel en Madrid, Valencia y Mallorca, el caso Brugal en Alicante, el caso Noos-Urdangarin-Cristina de Borbón, con amplia presencia del PP en ambos casos, tendremos una instantánea de la corrupción que acompaña al partido del gobierno, de lo mangantes que son algunos de sus dirigentes, y de lo choris que pueden llegar a ser.
Que a estos personajes, mediante el voto, los españoles les hayan dado la potestad de gobernarnos, no deja de ser un disparate y desatino mayúsculos. Que ellos mismos no se vayan avergonzados es una prueba más de su desfachatez, descaro y desvergüenza. Pero que alguien pueda volver a votarlos es una insensatez y desvarío que sólo las mentes enfermas pueden soportar.