Para que tanta primavera, si cuando llega el verano, los diputados y las diputadas de la pluralidad de la izquierda y el nacionalismo, tan atacado política y judicialmente por el PP, son incapaces de ponerse de acuerdo para que la Mesa del Congreso no caiga en manos de Rajoy y de la marca blanca de la derecha. ¿Para eso, desde el inicio de la crisis, contra la política neoliberal durísima que empezó ejerciendo el PSOE de Zapatero, pactando incluso con Rajoy una reforma constitucional exprés que pone por delante los intereses de la banca a los derechos sociales de la gente, y después agudizó Rajoy con la reforma de la reforma laboral y sus recortes económicos e ideológicos al estado del bienestar, a la cultura, a los derechos civiles con la ley mordaza, a los bosques, a las energías renovables… para luchar contra todo eso y mucho más que no cabe en un artículo de opinión se han levantado miles y miles de personas en las distintas marchas, mareas, plataformas, 15M, antidesahucios, contra el escándalo de las preferentes…?
Cuando la justicia, sector tan difícil y poco reformado desde el inicio de la democracia y, también, poco financiado para que no sea su gestión eficiente, a pesar de todo, ha empezado a actuar contra la corrupción sistémica de un modelo político bipartidista que está muerto, aunque haya algunos que se niegan a enterrar el cadáver…
Cuando esta justicia está llevando adelante y encarcelando a gente de las entretelas del PP como el exalcalde de Torrevieja, el otrora poderoso Fabra de Castelló, a alcaldes y concejales implicados en el caso Brugal o en la trama Púnica, al ex-Presidente del Gobierno Balear, señor Matas, al ex-Conseller Blasco de la Generalitat Valenciana, al propio tesorero del PP, señor Barcenas, y muchos y muchos más casos…
Cuando el propio PP ha tenido que depositar una fianza por la presunta e investigada financiación ilegal del partido, con la que habrían pagado las campañas electorales…
Cuando la candidata a presidir la Mesa del Congreso es ni más ni menos que una de las ministras más cercanas a Rajoy, que tiene en su debe el no haber aclarado suficientemente las causas del gravísimo accidente del tren Alvia en Santiago como ahora han dictaminado las instituciones europeas…
Cuando hasta el propio Juan Carlos I tuvo que abdicar en su hijo, en el momento más bajo de credibilidad y desprestigio de la Corona y se ha sentado en el banquillo de los acusados la propia infanta Cristina por el caso Urdangarín…
Cuando todo esto pasa, mientras más de dos millones de familias tienen a todos sus miembros en el paro, cada vez son más los parados que no cobran subsidio de desempleo, la emigración de los mejores es el pan nuestro de cada día, los parados no encuentran más que contratos temporales, precarios, por horas, el recibo de la luz es de los más caros de Europa o vemos nuestros bosques incendiarse cada verano sin ninguna política preventiva, la amplia mayoría de diputados y diputadas que en las dos campañas electorales se han llenado la boca contra Rajoy y el PP, contra su política antisocial, contra la corrupción y por la transparencia, hoy, 19 de julio, ¿son incapaces de ponerse de acuerdo y formar una Mesa del Congreso plural, donde no tenga mayoría la derecha, para empezar a tomar las riendas de ese cambio de la política que pide la inmensa mayoría del pueblo español que no votó al PP?
¿Es posible que el PSOE olvide el 82 y los 202 diputados de Felipe González y Alfonso Guerra que, tras en la entrada en la OTAN en el 86 y el 14D del 88, la huelga general más masiva de la democracia, acabaron las ilusiones en el cambio prometido y el izquierdismo del felipismo que, ahora, pide que gobierne Rajoy?
La miseria de la política ha consumado hoy una traición a las masas populares y clases medias del Estado que seguro les pasará factura. ¿Ha sido por incapacidad? ¿Por soberbia? ¿Por cobardía? ¿Por connivencia con la derecha financiera? ¿Por miserias como los sueldos y las subvenciones de los grupos parlamentarios? ¿Por falta real de ideología de izquierdas?
El electorado progresista, plural ampliamente, no va a perdonar fácilmente la composición de la Mesa del Congreso que se ha puesto a los pies de Rajoy, ni mucho menos perdonará el más que posible gobierno de una de las derechas más reaccionaria y conservadora de Europa con solo 137 escaños.
Puede ser que más pronto que tarde vuelvan los otoños calientes y las primaveras blancas, verdes y rojas a las calles y plazas de nuestras ciudades, pero, por favor, que los falsos, los cobardes, los incapaces, los cercanos a la banca y a las eléctricas, no se presenten más a encabezar las movilizaciones populares ni vuelvan a pedirles el voto si en agosto o septiembre sigue en el gobierno el señor Rajoy y el PP, como apunta lo que hoy ha pasado en el Congreso.
Miseria de política que nos traerá políticas más miserables aún.