O el poder de los lobbies en la política europea.
Como ya denunciamos Los Verdes, durante la pasada campaña electoral europea en palabras de nuestro portavoz y candidato Joan Francesc Peris, “Arias Cañete es el candidato de las petroleras y las grandes corporaciones que controlan la producción y distribución de la energía, que generan pobreza energética y que son las principales culpables de las graves consecuencias económicas y humanas que ya empiezan a producirse por el cambio climático”.
Por tanto, eurodiputados como Arias Cañete que tienen importantes intereses en petroleras –85.000 acciones de Petrolíferas Ducar (parte de la cadena del bunkering en el estrecho de Gibraltar y de la cual fue presidente hasta que fue nombrado ministro) y 23.500 acciones en Petroligis Canarias SL – no son los más adecuados representantes para una Europa que debería –si no estuviera al servicio de los lobbies energéticos- trabajar en beneficio de los ciudadanos de la Unión y paralizar las prospecciones petrolíferas en el litoral español, tanto canario como en el Golfo de Valencia, y sobre todo, prohibir los intentos de fracking en Europa.
La política que ha impulsado la derecha desde la UE y Cañete y el PP desde España, con la connivencia las más de las veces de la socialdemocracia, no sólo ha generado unas cuotas de paro y precariedad social insoportables, sino que ha dañado duramente el aire que respiramos todos, el agua que bebemos, el territorio que habitamos, el paisaje que nos rodea. El afán de acumulación de capitales y poder de un puñado de familias de la oligarquía europea no puede seguir robando el futuro a millones de europeos. Y, ahora, con la nueva Comisión Europea de Juncker, con el beneplácito de Merkel, se verá reforzada en perjuicio de todos los ciudadanos y trabajadores europeos.
Con más de 400 partes de CO2 por millón en la atmósfera, que supone la cantidad mayor en 800.000 años, y las más que evidentes consecuencias del cambio climático que ya han empezado a mostrarse en la sucesión de temporales en las costas del mar Cantábrico, la Unión Europea está obligada a promocionar de manera acelerada las energías renovables, marcar objetivos de ahorro energético de obligado cumplimiento para todos los países miembros, señalar como prioritarios los transportes públicos, fomentar la reconversión de las empresas hacia la ecoeficiencia y promocionar los empleos verdes, sobre todo, en el sector agrícola, forestal y las energías renovables. Y no parece –por mucho que alguien nos lo quiera vender- que Cañete, el PP y la derecha europea vayan a cumplir ni preocuparse por esta lucha. Ni Cañete podía soñar en caer tan alto, ni Europa podía caer más bajo con estos nombramientos. Poco podremos ilusionarnos con una Europa de estas características con estos nombramientos.