Por Toni Roderic, Presidente de Los Verdes.
Corría el año 1974 cuando Lluís Llach compuso la canción Vaixell de Grècia, como una metáfora a la derrota de la dictadura de los coroneles, para que en el estado español pudiéramos, como los griegos, acabar con la dictadura militar. Decía Llach que:
Si por los amaneceres veis pasar un barco
que besa las aguas del mar cuna de los dioses,
hacedle señal, que pueda ver dónde estamos
y caminar con nosotros hacia el norte.Si no lleva red, ni orza ni timón,
no penséis nunca que lo haya perdido todo,
que el pueblo siempre podrá inflar el velamen
para ganar olas hechas de miedo y de sangre.Barco que lloras igual que llora el mío,
que llevas la pena y el dolor que lleva el mío,
barco de Grecia, que no te hunda el trueno,
hincha las velas que vamos al mismo puerto.
Otra vez en la historia, este enero del 2015, los griegos han lanzado al mar su barco, que navega con las velas infladas por el impulso del pueblo, y, desde aquí, les hacemos señales para que nos vea y poder navegar con ellos hacia ese norte después de perder el miedo. Juntos haremos frente a las tormentas de los recortes y del austericidio, del paro, de la exclusión social, de los desahucios y de la miseria.
Juntos haremos de esta Europa una Ítaca de la solidaridad, de la libertad y de la justicia social. Juntos propondremos una Europa de la esperanza en el género humano, una Europa hermana con futuro para los jóvenes. Una Europa construida con la participación de todos y en el que la democracia, la transparencia y la ternura sean la moneda corriente.
La Europa de Syriza (de la nueva izquierda radical) comienza a caminar.