Por una alianza verde entre las personas y la madre Tierra para superar las crisis sanitaria, económica, social, política y ecológica.
El movimiento verde mundial celebra, el 22 de abril, el Día de la Tierra desde el año 1970, cuando más de 20 millones de personas norteamericanas ocuparon las calles y espacios públicos para reclamar el derecho a una vida saludable y sostenible. Los Verdes queremos con este manifiesto por las personas y la madre Tierra dedicar esta fecha del 22 de abril de 2021 a denunciar la situación crítica que vive el conjunto de nuestro planeta, ahora ya reconocida por todo el mundo como cambio climático, a la que se une una dura crisis económica internacional agravada por la pandemia de la COVID-19, crisis que están golpeando muy duramente la salud de millones de personas y llevando al paro a otras tantas con el cierre de pequeñas y medianas empresas, ertes en muchas de las grandes, a una crisis estructural de la agricultura tradicional, así como a la falta de expectativas de futuro a corto y medio plazo de las jóvenes generaciones, mientras continua el aumento de las emisiones de CO2 a la atmósfera y de la temperatura, a pesar de los acuerdos internacionales.
La pandemia de la COVID-19, una tragedia para miles y miles de personas fallecidas, para miles y miles de familias destrozadas, ha puesto en evidencia la ausencia de prevención en los sistemas sanitarios, las debilidades e insuficiencias en la investigación en muchos países como, particularmente, en España, tras años de recortes de una financiación que nunca fue suficiente, la dependencia de las multinacionales farmacéuticas y el más que deficiente sistema de atención y servicios en las residencias de las personas mayores.
Cuando aún no se había recuperado la sociedad española de la crisis económica y social provocada por la explosión de la burbuja inmobiliaria, los estados de alarma y cierres perimetrales de ciudades, comunidades autónomas y transportes requeridos por las medidas contra la COVID-19 han golpeado muy duramente al sector turístico y el de la construcción que, para desgracia de España, han sido los sectores locomotora desde hace muchos años. La gran dependencia de la construcción, del turismo y, en la industria, del sector automovilístico, con la crisis de 2007 y, ahora, con los cierres y las restricciones a la movilidad por la pandemia han llevado a nuestro país a una crisis económica y social muy dura.
Paralelamente a esta crisis económica y social, todos los signos vitales de la salud de nuestra Tierra muestran tendencias de declive acelerado. El cambio climático ya lleva años mostrando sus dramáticas consecuencias como son los temporales imprevistos, los cambios de tiempo sorprendentes o el aumento de los niveles de CO2 en la atmósfera. En cambio, y cuando ya queda poco tiempo para actuar, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética del Gobierno PSOE-Unidas Podemos, aprobada por el Congreso de los Diputados, es un fiasco y un cheque en blanco a las eléctricas.
Los Verdes hemos considerado ridículo el 23% de reducción de las emisiones en 2030 con respecto a 1990 en el texto aprobado por el Congreso de los Diputados en comparación con lo que ha marcado la Unión Europea y con lo que es necesario para frenar el calentamiento global.
Cabe recordar que el Consejo Europeo de la Unión Europea acordó, en la cumbre de diciembre de 2020, reducir las emisiones en un 55% para 2030, en concordancia con lo anunciado un año antes durante la COP25 celebrada en Madrid y asumiendo las indicaciones científicas para lograr evitar un calentamiento mucho mayor. Cabe recordar, también, que esta cifra del 55% de reducción de emisiones para 2030 es el objetivo que se debe cumplir a nivel mundial.
Para luchar contra el cambio climático hay que apostar por el ahorro energético y el autoconsumo, pero la nueva ley lo que busca es fomentar el negocio desenfrenado de los megaproyectos renovables de las grandes multinacionales, entregándoles el territorio y permitiéndoles acumular la energía para especular con ella en el mercado. Los Verdes lamentamos que se deje pasar la ocasión de gravar fiscalmente la emisión de gases de efectos invernaderos y que no se aborden reformas fiscales necesarias en ámbitos trascendentes para la descarbonización como el automovilístico y el residencial.
En ningún momento, la ley pone coto a la actual ocupación y en algunos casos destrucción de espacios naturales o agrarios para entregarlos a las multinacionales.
Para Los Verdes, el Gobierno tendría que haber asumido los compromisos del Acuerdo de París en los que se fijaba como objetivo de mínimos que el aumento de la temperatura global se mantuviera por debajo de los 2 °C con respecto a los niveles preindustriales y, como objetivo de máximos, que este aumento no fuera superior a los 1,5 °C ya que por encima de este valor las consecuencias ya serán catastróficas en muchos territorios. De hecho, el aumento de temperatura, hoy en día, ya nos deja ver estas nefastas consecuencias.
Los Verdes consideramos que las estrategias de reducción de emisiones deben incluir procesos de reforestación que reviertan los daños causados en la masa forestal global. Todo ello acompañado de drásticas medidas de ahorro y eficiencia energética en la producción, el transporte y el consumo, lo que debe implicar un decrecimiento radical de los requerimientos energéticos.
Por eso, hoy, en el Día de la madre Tierra, Los Verdes reiteramos nuestro llamamiento a la reforma en el Senado del proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, a la movilización ciudadana amplia contra las políticas y proyectos insostenibles que lleven a una mayor contaminación y a la destrucción del planeta, a evitar que avancen en España las políticas negacionistas y las opciones políticas de extrema derecha que las representan.
Por las personas y por la madre Tierra.