El Co-portavoz de Los Verdes, Joan Francesc Peris, ha criticado por insuficientes las propuestas del Libro Blanco de la Comisión Europea en materia de reducción de las emisiones contaminantes a la atmósfera para el 2030.
“Cuando ya es innegable la existencia del cambio climático causado por el elevado y creciente CO2 en la atmósfera y sus dramáticas consecuencias económicas, sociales y humanitarias, la Comisión de la Unión Europea con la propuesta de reducción de emisiones en un 40% el 2030 respecto al año 1990 se queda entre 15 y 20 puntos por debajo del recorte en las emisiones que aconsejan los científicos y expertos en la materia” -ha dicho Peris.
Los Verdes consideramos que, si no conseguimos que antes del 2020 se inicie la reducción de las emisiones de CO2 las peores consecuencias del calentamiento global serán irreversibles. “El objetivo de reducción en las emisiones que debería marcarse la UE para el 2030 debería estar entre el 55 y el 60% si realmente se quiere hacer algo contra el cambio climático” -continúa en sus declaraciones el Co-Portavoz de la Confederación de Los Verdes.
Para Los Verdes, la Comisión Europea ha cedido ante las presiones de países como España, Francia, Inglaterra o Polonia y los lobbies de las energías fósiles y grandes corporaciones eléctricas, cuando la propuesta de la producción de energías renovables del 27% se queda en el marco conjunto de la UE y no se aplica obligatoriamente a todos los Estados miembros.
“La Unión Europea consume más de un 70% de energías contaminantes e importa más del 50% de la energía que consume. Es un suicidio económico y ecológico no apostar decididamente por las energías renovables, limpias, y dejar de marcar objetivos claros y exigentes para la mejora de la eficiencia energética. Indicar un 20% de aumento de la eficiencia energética para el 2030 está muy lejos del que sería necesario en estos cruciales momentos” -ha manifestado el portavoz verde.
Peris ha concluido recordando que Los Verdes son muy críticos con la Comisión Europea ante su negativa a restringir el uso del fracking en el territorio de la UE, técnica de fractura hidráulica para la obtención de gas esquisto que puede causar graves impactos ambientales como el de la contaminación de acuíferos y, además, es otro combustible fósil que emite gases con efecto invernadero.