Este primero de octubre, ha hecho 24 años que murió Petra Kelly, asesinada mientras dormía, de forma extraña, a los 44 años, en compañía de su pareja el exgeneral de la OTAN, Gert Bastian, opuesto al despliegue de los misiles norteamericanos en Europa. Nadie creyó la versión oficial de la policía de que él le disparó y se suicidó posteriormente.
Petra Kelly fue una de las fundadoras, en el año 1979, del partido de Los Verdes (Die Grünen). Entre los años 1983 y 1990, fue miembro del Bundestag por Die Grünen. En mayo de 1983, viajó a Tenerife, donde apoyó con su firma el Manifiesto de Tenerife, documento precursor del partido político de Los Verdes españoles. Su publicación coincidía con la polémica sobre la pertenencia de España a la OTAN y el florecimiento de los diversos partidos verdes en el resto de países europeos.
Ya entonces, nos advirtió de que el juego político está muy limitado -“como si solo te pudieras mover dentro de un círculo”- y que, en Europa, mandan los lobbies, aunque pensaba que había que utilizar todos los foros disponibles para conseguir nuestros objetivos porque ya no se podía confiar en los partidos establecidos.
En palabras de su amigo, el Dalai Lama: “Petra Kelly ha sido designada para dedicar su vida y persona en la lucha por los oprimidos, los débiles y perseguidos de la época en la que vivimos. Su espíritu y legado de solidaridad humana e inquietud continúan para inspirarnos y animarnos a todos”.
Petra Kelly sigue viva y presente en los propios Estatutos de Los Verdes, en cuyo Preámbulo se recoge su concepto de la «Ternura en la política» algo que sigue siendo una asignatura pendiente en muchas organizaciones de la vieja y de la nueva política y no solo en el ámbito del Estado español…
Entiendo el concepto de ternura en sentido amplio. Este concepto, para mí también político, incluye una relación tierna con los animales y las plantas, con la naturaleza, con las ideas, con el arte, con la lengua, con la Tierra, un planeta sin salida de emergencia. Y, por supuesto, la relación con los seres humano. Ternura entre las personas, también en el seno de un partido alternativo y no violento, que apuesta públicamente sin cesar por la suavidad, la descentralización, la no violencia. Nuestro rumbo debe llevarnos, sin compromisos, en otra dirección ecológica. Eso significa ponerse a andar políticamente por la vía suave.
Esa vía suave significa aprender a concebir nuestro planeta, incluyendo la atmósfera, los océanos y los continentes, como una unidad orgánica viva. Nuestro ecosistema es el universo. No lo dividamos en fragmentos y caigamos en la falsa creencia de que nos basta con entender una pequeña parte para entender también el todo. Respetémonos a nosotros mismos y a nuestro entorno. La Tierra y yo tenemos las mismas raíces. La tierra la hemos tomado prestada de nuestros hijos. Si queremos materializar una política basada en la ética ecológica, debemos comprender lo que ha dicho Marilyn Ferguson sobre el poder y el amor: “el poder sin amor se reduce rápidamente a la simple capacidad de expoliar y manipular”. En un movimiento político ecológico, se necesita inexcusablemente solidaridad, paciencia, cooperación, ternura y tolerancia, a fin de que coincidan los medios y los fines. (Petra Kelly, 1984)
Traducción al castellano del poema de Joan Francesc Peris, Portavoz de Los Verdes:
A ti que nos mostraste
el camino de la ternura.
A ti que te atreviste
a oponer paz a la guerra.
A ti que reivindicaste
un mundo sin pobreza.
A ti que defendiste
el uso de la energía limpia.
A ti que sembraste
mil girasoles en la tierra.
A ti que te mataron
cuando tanto era el trabajo.
A ti, Petra Kelly,
¡madre de la primavera!