Por Toni Roderic, Presidente de Los Verdes.
El peso de la opinión pública sobre el PP por los centenares de imputados por corrupción y por otros delitos relacionados con diversas actividades de gobierno, junto a la incapacidad del mismo partido a la hora de poner freno a sus imputados, a pesar de las promesas emitidas, ha hecho que el PP intente un cambio filológico -para barnizar, sin cambiar- la consideración penal a los políticos afectados.
Con este cambio, el PP dejará de tener en sus listas electorales «imputados» para pasar a tener «investigados«. Con lo cual Rajoy y sus compinches –con el cambio terminológico- se dan por satisfechos al poder explicar –como si todos fuéramos lerdos- que ya no tiene imputados.
Olvidan estas mentes preclaras que las palabras, rápidamente, toman una carga semántica independientemente de la voluntad de sus creadores. Y que la palabra investigado tomará, más pronto que tarde, las mismas connotaciones que imputado.
Pero, para que el PP no desfallezca, cuando quiera cambiar la palabra «investigado«, puede utilizar «interrogado«, o «inquirido«, quizá «presionado«, o tal vez «rastreado» o «manchado«. Puede ser que puedan utilizar «indagado«, o «averiguado«, o a lo mejor «analizado«, «tanteado«, «explorado» o «examinado«. En fin, también, tenemos disponible «vigilado«, «observado«, «inspeccionado» o «preguntado«.
Ya, para acabar el trabajo filológico de los jerarcas del PP, pueden intentar otros cambios. Por ejemplo: pagar sedes con dinero negro pasaría a llamarse “pagos amigos”.
Los sobres recibidos por la casta pepera serían “ofrendas a los necesitados”.
Los cobros de comisiones por la construcción de colegios y hospitales podrían llamarse “aportaciones para becas de los buenos estudiantes”.
El borrado de discos duros como “limpieza de spam”.
El pago de fianzas por la responsabilidad penal del PP sería “contribución a la mejora de la justicia”.
Y, sin el ánimo de ser exhaustivo, el robo a la hacienda pública para alimentar a los bancos sería “contribución popular a la mejora de las finanzas españolas”.
Vomitemos, pues, ante la plaga de ineptos, corruptos, degenerados chapuceros y necios que estamos padeciendo. Y conjurémonos para acabar con esta peste insufrible.