#DíaMundialDelAgua
España ha sido sancionada por la Unión Europea por sus incumplimientos en la aplicación de la Directiva Marco del Agua. No ha elaborado a tiempo los Planes de Cuenca, ni ha cumplido en los procesos de información pública respecto a esos mismos planes. El PP no ha tenido ningún interés de aplicar, en sus políticas del agua, los principios estratégicos que señala la UE en materia de aguas: mantener limpias las masas continentales de aguas y las cuencas hidráulicas, así como los humedales y acuíferos subterráneos, y políticas de precios incentivadoras de un uso sostenible de este bien escaso y limitado. No, en España, continúa la política productivista, la respuesta con obras a una demanda no controlada, ni gestionada con criterios ambientales, la legalización de pozos ilegales y otras medidas contrarias a la actual directiva comunitaria, de obligado cumplimiento para todos los Estados miembro.
Aunque la legislación declara el agua como un bien de dominio público, cada vez es mayor la amenaza de la privatización de su gestión y la introducción en mayor cantidad de los intereses lucrativos del negocio privado por encima del derecho universal al agua que tienen todas las personas. Es histórico en España -también, en otros países europeos- y existen multinacionales que tienen su negocio en la distribución del agua potable en las ciudades, la privatización del servicio del agua potable y empieza a ser también importante la participación de estas empresas privadas en la depuración de las aguas residuales. Ahora mismo, está en marcha el proceso de privatización del Canal de Isabel II en Madrid al que Los Verdes nos oponemos totalmente. Y que decir del uso del agua por las empresas eléctricas para la producción de hidroelectricidad por el que pagan un canon ridículo para sus cuentas de beneficios, que después cargan en los recibos de los usuarios que, como conjunto de ciudadanos, son los propietarios del recurso agua que es la materia prima que utiliza la empresa eléctrica. El negocio es redondo y ya dura muchos años y las presas hidráulicas están más que amortizadas, por no recordar ahora cómo fueron construidas muchas de ellas en los años del franquismo: ¿a qué precios se pagó a los propietarios de los valles ocupados por los embalses y cuáles fueron entonces las condiciones laborales de los obreros que las construyeron?
Un paso adelante, en materia de agua, sería, en España, un estricto cumplimiento de la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea que Los Verdes nos comprometemos a aplicar desde las instancias públicas donde estamos y estemos presentes (Ayuntamientos, CCAA, Gobierno Central). Es prioritario recuperar, para lo público, la gestión y distribución del agua potable, la depuración de las aguas residuales y la producción de energía eléctrica en las presas y embalses. Hay que acabar con la corrupción en gestión del agua que ha provocado escándalos como el de EMARSA en la depuración del agua de Valencia y pueblos de l’Horta de València o el de EPSAR, la empresa de la Generalitat Valenciana en materia de depuración de las aguas residuales.
Pero no solo eso. Una política del agua para el siglo XXI debe centrar sus esfuerzos en su uso sostenible, donde se internalicen en el precio del agua sus costos de gestión y tratamiento y, también, donde se planifique la protección del dominio público hidráulico de todo tipo de contaminación, la conservación de los hábitats acuáticos y de las riberas, la defensa de los marjales litorales, albuferas y humedales del interior y la policía fluvial que proteja del urbanismo salvaje y depredador las cercanías de los cauces, barrancos, arroyos, etc… Los recortes del PP y la nefasta gestión al frente del Ministerio de Medio Ambiente del señor Cañete, hoy comisario europeo –¡Líbranos, Señor, de sus acciones!-, han dejado en el cajón los planes de protección y regeneración de las zonas húmedas y es totalmente inexistente una política racional de reforma agraria hacia una agricultura ecológica que evite la contaminación de los acuíferos por el exceso de abonado químico que hace que muchas poblaciones sufran de aguas potables contaminadas.
El Día Mundial del Agua es el día en que Los Verdes queremos renovar nuestro compromiso histórico de defensa del agua como bien público, como derecho de todas las personas, y de protección, conservación y regeneración de las cuencas fluviales, las masas continentales y marinas de agua, los humedales, marjales y lagos y el uso sostenible de este recurso tan necesario para la vida de todas las especies vivas. Exigimos, una vez más, que se garantice en los Planes de Cuenca y en la realidad de cada día el cauce ecológico de los ríos y la protección de las riberas de los ríos, que no significa su abandono, sino al contrario, quiere decir un adecuado mantenimiento para evitar daños innecesarios a los ribereños, al tiempo que se evite que Ayuntamientos irresponsables permitan ocupar las zonas inundables.